En nuestra juventud muchos de nosotros entendimos el valor del trabajo en equipo. Incluso si uno no formo parte de un programa formal de deportes, la mayoría estuvo involucrada en cierta forma en las competencias por equipos en las clases de educación física en la escuela. También aprendimos el valor de estudiar juntos con el objeto de mejorar nuestras notas.

Para los que están (o estuvieron) en las fuerzas armadas, saben que el propósito del entrenamiento básico es des acentuar al individuo y acentuar al equipo. Además de todos estos ejemplos de trabajo en equipo, Cristo nos dio el estímulo para trabajar en equipo: "también les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que esta en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos." (Mateo 18: 19-20).